Un reinado decepcionante

Este próximo lunes 14 de agosto es muy probable que Murray no aparezca como número uno y el siguiente lunes, 21 de agosto, es totalmente seguro que caerá su reinado.

Han sido 36 semanas consecutivas, y es muy probable que se queden en 35, ya que si Nadal alcanza las semifinales en Montreal —y lo tiene fácil el balear— se colocaría en la cima de la ATP el lunes poniendo fin al primer liderato en el ránking de un británico. [Finalmente, el reinado de Murray quedará en 36 semanas seguidas, ya que Nadal ha perdido en octavos de final de Montreal]

El 7 de noviembre de 2016 el tenis hizo justicia con la pata coja del Big Four. Andy Murray alcanzó, por primera vez, el número uno del ránking ATP. Con un Djokovic que comenzaba a bajar de nivel después de mucho tiempo arrasando, un Federer lesionado y dispuesto a regresar con todas sus fuerzas en 2018 y un Nadal desconcertado pensando también en 2018; de hecho, renunció a disputar la Copa de Maestros, Andy Murray lo consiguió, no sólo fue demérito de los demás. El escocés protagonizó un año 2016 espectacular, la mejor temporada de su carrera que culminó con el número uno del mundo. Cosechó nueve títulos ATP: Masters Mil de Roma, ATP 500 de Queens, Wimbledon, el oro en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, ATP 500 de Pekín, Masters Mil de Shanghái, ATP 500 de Viena, Masters Mil de París-Bercy y la Copa de Maestros. Mérito total el de Andy, muy loable. 

Sin embargo, todo se vino abajo poco a poco y llegará a su fin en breve. En su liderato en el ránking sólo ha conquistado dos títulos: la Copa de Maestros y el ATP 500 de Dubái. Únicamente dos trofeos, y uno fue al calor de la hazaña y el otro, el único que lleva este año. 

Murray al recibir la copa de Nº 1

No empezó mal: finalista en Doha, perdiendo en la final ante Djokovic. El primer indicio de lo que vendría después fue su derrota en los octavos de final del Australian Open ante Mischa Zverev en cuatro sets. Aunque, luego pareció un espejismo, porque se llevó el título en Dubái aunque sin encontrarse con ningún Top 14. A partir de ahí, muchos varapalos: derrota en su debut en Indian Wells ante Pospisil (129º), adiós en tercera ronda de Miami ante Ramos, semifinalista en Barcelona, se marchó en tercera ronda de Madrid perdiendo ante Coric (59º), despedida en su debut en Roma —Fognini le ganó por 6-2 6-4—, consiguió hacer semifinales en Roland Garros, otra derrota en su debut en Queens; ante Thompson (90º) y una decepcionante actuación en Wimbledon; cayó en cuartos ante Querrey. Veinticinco victorias y diez derrotas en lo que llevamos de 2018 para el británico. 

Ahora mismo se encuentra en una compleja situación: sin aparecer por Montreal y Cincinnati, lo que le hace perder el número uno, e intentará llegar al Us Open. Murray sufre de unos peligrosos problemas en la cadera, algo muy delicado y de lo que debe recuperarse —casi— al completo para no correr riesgos, que incluso podrían ser irreversibles. 

Su mal bagaje en 2018 le ha ido echando del número uno y la cadera le ha terminado despachando de un lugar que siempre mereció pero que no ha sabido conservar ni reinar, ni mucho menos, al estilo de Roger, Rafa y Novak. Ha dejado mucho que desear. También, por supuesto, le han ido haciendo cosquillas en su trono los resultados de Nadal y Federer; que van a librar una preciosa lucha por el número uno en lo que resta de año.