domingo, 20 de agosto de 2017

Opinión | Retratado

Retratado



David Ferrer ha estado espléndido esta semana en Cincinnati. El español ha llegado hasta las semifinales del Masters Mil. En primera ronda se cargó a Steve Johnson, luego a Janko Tipsarevic, después a Pablo Carreño, en cuartos de final pasó por encima de Dominic Thiem (6-3 6-3) ''Hacía dos años que no jugaba un partido así, tan cómodo. Ha sido una maravilla'', dijo Ferrer y, en semis no pudo ante Nick Kyrgios (6-7 6-7). Antes de nada, voy a reproducir algunas declaraciones de Ferru, recogidas en El Español, tras su gran semana en Cincinnati. 

''Entiendo que los periodistas o los aficionados pensasen que me retiraba. Es normal porque yo también lo pensé. No puedo achacarle eso a nadie porque yo también lo pensaba, es lógico'', comentó el alicantino. ''Cuando acabé de jugar en Miami no tenía las cosas muy claras, no tenía esa ilusión por seguir y no estaba dando el nivel que quería, resultados al margen'', añadió David. ''Pensaba en seguir hasta Roland Garros tomándomelo con más tranquilidad y disfrutando de cada semana para luego tomar una decisión. Me marqué ese pequeño objetivo y tras acabar en París me sentía bien y con ganas. Han pasado tres meses y ahora estoy 25 del mundo, el curso que viene no defiendo nada y tengo mucha ilusión y motivación. El año que viene voy a seguir'', desveló, relatando explícitamente la gran noticia. 


Es cierto que Ferrer, de 35 años, comenzó el año con muchas derrotas. Tras un gran debut en Roland Garros parece que comenzaban a cambiar las cosas. Y, poco después, conquistó el torneo de Bastad. David Ferrer no se alzaba con un título de campeón desde Viena 2015, por lo que fue un bálsamo de oxígeno. En Montreal no lo hizo mal llegando a octavos, donde cayó ante Federer en tres mangas y en Cincinnati lo ha bordado. Desde luego, el panorama que vislumbraba Ferrer ha variado mucho, en positivo. Fue muy preocupante que en los primeros meses del año no ganara ningún partido en la gira sudamericana de tierra batida donde tantas veces disfrutó ganando. 


En definitiva, he quedado retratado. El 4 de enero de 2017 escribí un artículo de opinión titulado: ''2017, el último de Ferrer''. Aquel día un escalofrío recorrió me cuerpo, y me dejé llevar tanto que escribí eso. El inefable David había perdido en segunda ronda del ATP 250 de Brisbane con el 79 del mundo, Thompson. Sólo había iniciado la temporada, sin embargo quise jugar al 'adivino', cual (estafador) tarot.  Obviamente me arrepiento del escrito, ahora que Ferrer ha comunicado su pretensión de continuar y jugar en 2018 pero obviamente es motivo de alegría, por supuesto. Nada más lejos de la realidad: tengo un póster de Ferru en mi habitación  junto a Roger y Rafa. Inconmensurable ejemplo. El acendrado Ferrer es todo lo contrario a la pusilanimidad. De hecho, expresé un deseo en ese ¿dichoso? artículo: ''ojalá esta predicción no se cumpla'', afortunadamente ha sido así. Yo, que tanto digo que nunca hay que dudar de las leyendas, lo hice; y con todas las letras... ¡lo estaba retirando! Un poco osado sí que fui. 


Aparte de poco afortunado fue un artículo precipitado, no llevábamos ni cinco días en 2017. La verdad es que en esos primeros meses de año en los que Ferrer no levantaba cabeza pensé que mi augurio iba a hacerse, lamentablemente, real. Ferrer ha vuelto a encontrarse consigo mismo y está motivado para seguir, al menos, un año más. 

No volveré a jugar a los 'adivinos', eso está clarísimo. Además, no soy partidario de esas cosas. 




·Quizá te interese: 'Ferrer, a la sombra del Big Four'

No hay comentarios:

Publicar un comentario