Su regreso a la cima de la ATP no se puede calificar de otro modo que no sea el siguiente: 'Nadalada'. Ya nos tiene acostumbrado a 'ellas'. Sin embargo, ésta es la más espectacular que haya hecho jamás. El mallorquín se ha reconstruido en estos últimos tres años, seguramente la peor etapa tenística que haya padecido.
La 'RAE' define resiliencia de esta manera en su primera acepción: ''Capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos''. Por lo que me parece muy oportuna para entender por qué ha vuelto al número uno. Nadal no se ha rendido, a pesar de los problemas físicos —lesiones, principalmente—, la falta de confianza derivada de ciertas derrotas muy duras, y muchas dudas. En definitiva, muchas situaciones adversas. Aún así, Rafa, ha querido siempre mirar hacia adelante, con optimismo. Y, tal y cómo él mismo dice, el amor por este deporte ha propiciado su regreso a lo más alto del ránking, otra vez.
Lo logrado es algo excepcional, sobre todo si nos atenemos a las estadísticas: Nadal, de 31 años, se ha convertido en el segundo tenista más veterano en ser número uno (Era Open), tras Agassi (33). Este dato te hace ser consciente del tremendo logro de un Nadal que quisieron retirar durante estos últimos años pero que ha demostrado de lo que es capaz y la realidad es que no hay que retirar a leyendas antes de tiempo, nunca. Miren también a Federer, otro callando bocas. En cualquier momento acabarás otorgando, ante la grandeza de las mismas, con el silencio.
- ''De diez cabezas, nueve embisten y una piensa. Nunca extrañéis que un bruto se descuerne luchando por la idea''.
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