Nadie, ni el mismísimo Roger, podía imaginar su espléndido inicio de temporada. Ha disputado cuatro torneos, con el siguiente balance: campeón del Australian Open, derrota en segunda ronda del ATP 500 de Dubái, campeón del Masters Mil de Indian Wells y campeón del Masters Mil de Miami. 19 victorias y 1 derrota, primero en la 'Carrera a Londres' con 4.045 puntos (el segundo es Nadal, que tiene 2.235). Sencillamente, espectacular.
El 18º Grand Slam era una quimera, más que otra cosa. Pero nos llevamos la sorpresa cuándo y dónde menos esperábamos: tras una lesión que le llevó a una inactividad de 6 meses, y en Australia; primer major del curso y justo cuando regresaba. No hay duda de que Federer tenía entre ceja y ceja el 18º, pero lo quería lograr en Wimbledon, su prioridad. Él quiere el octavo Wimbledon, es su verdadero sueño. Se ve con capacidad para conseguirlo, y es un lugar verosímil para ello. Lo de Australia ha sido un regalo caído de los cielos que nadie esperaba pero que, obviamente, se agradece y es un logro impresionante. El anhelo es volver a coronarse sobre el césped londinense. Por ello titulo este artículo así. No descubro nada nuevo, el objetivo de Federer es ese. ''Mi siguiente gran objetivo es ganar Wimbledon'', él siempre ha creído, pero este año es más posible que nunca.
La 'Operación Wimbledon' lleva en marcha mucho tiempo, diría incluso que desde semanas posteriores a levantar su séptimo Wimbledon; en 2012, él es insaciable. El responsable de que Federer no tenga el octavo Wimbledon bajo sus brazos es Novak Djokovic, el serbio dejó a las puertas del olimpo a Federer en dos ocasiones consecutivas: 2014 y 2015, en ambas ediciones se repitió la final y el resultado, victoria de Djokovic; la primera en cinco sets y la segunda en cuatro. Además, en 2016 (antes de comunicar que no volvería hasta 2017), y con los primeros atisbos de problemas físicos, Federer llegó a las semifinales, donde cedió ante Raonic en cinco mangas. Este año tiene la gran oportunidad: el 'ahora o nunca', con Djokovic y Murray desconcertados, y con un Nadal que 'renunció' hace tiempo a Wimbledon, después de sus hazañas increíbles. Es el momento para Federer. Dicha operación tomará fuerza en los torneos previos al Slam británico, no se ha confirmado a cuáles asistirá pero supongo que a Stuttgart y Halle, en éste último es el dominador absoluto (8 títulos). Ahí es donde se puede probar —sin mucha ambición, no creo que haga falta— de cara a la gran cita, a la que puede ser la culminación de la 'Operación Wimbledon'.
Lo estamos esperando, se lo merece, es la ilusión del mundo del tenis casi al completo. Quizá se han elevado demasiado las expectativas tras su arranque de año, pero creo que es su última oportunidad para volver a tocar la gloria en su lugar fetiche. Si estuvo cerca en 2014 y 2015 donde mostró un gran nivel, pero no tan excelso como el actual, ahora irá a por todas consciente de que probablemente sea su última bala para conquistar el ansiado octavo Wimbledon. Ojalá no acabe siendo luctuoso y se consuma la 'Operación Wimbledon'.
*Ahora mismo es el segundo en la RACE, el primero es Nadal tras su gran gira de arcilla que está haciendo.
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