miércoles, 18 de enero de 2017

OPINIÓN | Kyrgios, un caso perdido

A Kyrgios no le gusta el tenis, no pone empeño. No tiene remedio.

Kyrgios en rueda de prensa

Nick Kyrgios ha perdido en segunda ronda del Australian Open ante Andreas Seppi en 3 horas y 8 minutos de juego y eso que había ganado los dos primeros sets por 6-1 7-6, sin embargo, perdió los tres siguientes (6-4 6-2 10-8). 

Como siempre, por momentos (depende del día), Kyrgios no muestra ningún interés por el partido que está jugando. No ama el tenis, no le gusta, no se esfuerza. Al menos lo admite con frases como la que dijo tras su derrota: ''Quizá no debería de haber jugado tanto al baloncesto. Amo ese deporte pero me daña las rodillas. Debería de tomarme más en serio la pretemporada'', por cierto, ni siquiera tiene entrenador -único caso en el Top100-. Ni siquiera da buenas sensaciones en el torneo más importante para él -o uno de los que más-, el Australian Open; ante su público. 

Durante el partido, Kyrgios dio gala de su mala educación, la cual tuvo que soportar su equipo de trabajo. Le preguntaron sobre ello y dijo: ''Ellos están decepcionados [...] Mi equipo me quiere mucho y eso es lo que importa [...] La cuestión mental sigue siendo un gran problema para mí y en eso sería bueno un entrenador''.  


Kyrgios

Este chico no tiene solución. Ya ni lo da todo en su propia tierra, la cual cuenta con un Grand Slam. Más quisieran la mayoría de jugadores poder jugar un major ante su público, esa suerte sólo la tienen los australianos, británicos, franceses y estadounidenses. Ni la asesoría que tuvo por parte de Lleyton Hewitt en algunos torneos el año pasado sirvió de algo. Mejor que Hewitt se centre en Álex De Miñaur y se deje de intentar reconducir a un tenista que, siendo el Número 13 del mundo, no es ambicioso, no se esmera en mejorar para alcanzar el Top 10 y luchar por grandes títulos, porque de tenis anda sobrado y de prepotencia también. Le falta humildad y convicción

Recuerdo como si fuera ayer aquella derrota de Rafa Nadal en octavos de Wimbledon 2014 ante el nº 144 del ránking ATP: un desconocido llamado Kyrgios (7-6 5-7 7-6 6-3). El australiano se destapaba ante el mundo como uno de los llamados a recoger el testigo del big4, en definitiva, en hacer historia. Todos nos quedamos perplejos ante el descaro con el que jugaba ese jovencito. Ahora, pocos dan un duro por él. Bueno, seamos sinceros: tampoco descarto que algún día le dé por esforzarse y demuestre ante todo el planeta de lo que es capaz de hacer en este deporte, al fin y al cabo sólo tiene 21 años y puede que algún día recapacite. Sin embargo, estoy más cerca de pensar que es un caso perdido y no en que es un futuro campeón. 


Seppi [a la derecha] saludando a Kyrgios al término del encuentro

Seguramente Kyrgios será durante toda su carrera tenística (cuidado que a lo mejor no dura mucho, un día dijo que ''como máximo, me retiraré a los 27 años''siendo un jugador de torneos puntuales, los cuales tendrán suerte de disfrutar del Kyrgios tenista y no de lo que acostumbra. Tampoco perdamos la esperanza, es un auténtico crack. El problema es que lo es cuando quiere y es un maleducado. Kyrgios podría correr la misma suerte que Fognini o Gulbis. 




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