A partir de ahí, comenzaron los problemas: tres operaciones y un tumor benigno, un calvario indescriptible; ha pasado por un infierno y este año está volviendo a recuperarse casi por completo.
En 2013 se retiró a mitad de tres partidos, uno de ellos lo recuerdo como si fuera ayer. Sobre todo por la polémica que suscitó. Tipsarevic se retiró a los tres juegos de comenzar su partido de primera ronda en el Valencia Open ante Marcel Granollers. En 2014 no apareció por el circuito ATP, seguramente su año más duro. En 2015 sólo pudo jugar 10 partidos (3 victorias y 7 derrotas). En 2016, más de lo mismo, esta vez fueron 19 partidos, con un balance de 8 victorias y 11 derrotas. La situación mejoraba y era habitual —y lógico— que recurriera a los Challengers.
Ya ha pasado lo peor para el serbio de 32 años, que este año está volviendo a sentirse como antaño, a sentirse tenista, más que nada. Aunque es obvio que está lejos del nivel que mostró hace años. Su amor por la raqueta y su garra han sido los culpables de que Tipsarevic no haya decidido retirarse o no esforzarse en medio del 'naufragio'.
Su 2017 es muy esperanzador hasta el día de hoy. Aunque en torneos ATP lleve un bagaje de 4 derrotas (la última en la primera ronda de Roland Garros ante Joao Sousa en cuatro mangas) y 2 victorias, Tipsarevic ha conquistado tres torneos Challengers: Bangkok, Bangkok II y Quingdao (tan sólo ha perdido un set entre esos tres torneos, en total: 15 partidos). Gracias fundamentalmente a su gran actuación en los tres únicos Challengers que ha disputado, hoy es el número 58 del ránking ATP (empezó el curso siendo el 144º).
El balcánico dijo a principios de este año, en declaraciones a la ATP que ''Ahora sé lo que necesito y lo que quiero. Tengo más experiencia y quiero disfrutar todo como si fuera la última vez que voy a vivirlo''. Además, afirmó sentirse arrepentido por estar ''relajado y poco ambioso cuando entré en el Top-10'' y que su objetivo es terminar el año Top-30, porque no se ve capacitado para regresar al Top-10.
En una rueda de prensa en 2015, donde apareció en muletas, el tenista serbio dejó unas declaraciones que dejaron entrever su ilusión y su fuerza: ''Nunca pensé en dejar de jugar por las operaciones y todo lo demás, pero tenía miedo. No puedo retirarme. Tengo mucho tenis dentro de mí, y aunque pueda sonar absurdo, creo que no he jugado mi mejor tenis, no he jugado como me gustaría''.
Janko Tipsarevic está lo suficientemente motivado para lograr sus objetivos, y sus tres Challengers han sido fundamentales para su autoestima. Eso sí, la cuestión es: ¿Volveremos a verle compitiendo en una Copa de Maestros o en el Top-10?